Con la llegada del verano nuestros pies se ven afectados por distintos factores. El cambio de calzado, la visita a lugares públicos como playas o piscinas, o las condiciones climatológicas propias de estas fechas hacen necesario que prestemos un especial interés en cuidar nuestros pies para poder disfrutar de la época estival sin complicaciones.
Uno de los primeros consejos que podemos ofrecer es usar protección solar cuando vayamos a exponer nuestros pies al sol. Puede parecer una obviedad, pero los pies son una de esas zonas del cuerpo que es común olvidar. Si vamos a la playa o la piscina, debemos usar protector en nuestras extremidades inferiores, e incluso si vestimos calzado descubierto como chanclas y sandalias y vamos a salir a la calle, también deberíamos aplicar protector solar para protegernos. Los pies son una zona fácil de olvidar, pero en la que pueden aparecer papilomas en el futuro.
Los lugares públicos se convierten en verano especialmente en focos de contagio de hongos y papilomas, por lo que debemos ser muy consciente de la necesidad de emplear chanclas en espacios como piscinas o vestuarios. La humedad, el calor o la gran concurrencia de gente favorece la aparición de estos focos, por lo que debemos estar muy atentos.
Otro de los factores que afectan nuestros pies en verano es el cambio de calzado. Cuando estrenemos un zapato, sandalia o calzado deportivo, no debemos pasar muchas horas con él el primer día, así evitaremos que aparezcan rozaduras. Cuando usemos calcetines, debemos intentar que sean siempre de materiales naturales como el algodón que ayudan a la transpiración de la piel. Otro de los trucos que los podólogos recomendamos especialmente en verano es el uso de cremas hidratantes después de la ducha, que va a permitir que evitemos la aparición de ampollas. Las cremas que contienen urea al 10% son ideales para esto.
Mención a parte merecen las personas con problemas de diabetes, que deben extremar las precauciones referentes a sus pies durante el verano. Los diabéticos deben tener especial cuidado en no caminar descalzos -¡bajo ningún concepto!-, ya que pueden sufrir quemaduras en la planta de los pies y no darse ni cuenta. Es fundamental el uso de sandalias también en la playa o lugares similares para evitar pincharnos con conchas o cortarnos con piedras. Otro de los consejos habituales, que todos debemos seguir pero especialmente la población diabética, es secar siempre bien la zona entre los dedos para evitar la aparición de grietas y el contagio de hongos. Por último -pero no menos importante-, prestar especial atención al cortado de las uñas, que debe ser siempre recto para evitar que se encarnen, también ayudará a mantener nuestros pies a salvo.
Aplicar estas sencillas recomendaciones os ayudará a disfrutar del verano con unos pies sanos. En cualquier caso, si tenéis cualquier consulta o problema, no dudéis en visitar a vuestro podólogo.
Victor Pérez | Podólogo en Kinetic Track
(Unidad de Podología y Estudios Biomecánicos de IMED Hospitales)