IMED Hospitales ha verificado recientemente el impacto de la huella de carbono correspondiente a su actividad. Esta acción permite tomar conciencia y plantear medidas que ayuden a reducir aún más el impacto ambiental de la organización con el objetivo de contribuir a alcanzar los objetivos de la agenda 2030 y frenar los efectos de calentamiento global. “La importancia de medir la huella de carbono radica en que, una vez calculada, podemos no solo trabajar en reducirla o compensarla, sino también en optimizar los recursos reduciendo costes e impacto”, han declarado fuentes de IMED.
La huella de carbono representa el cálculo de las emisiones GEI (Gases Efecto Invernadero) asociadas a organizaciones, eventos o actividades, o al ciclo de vida de un producto, de cara a determinar su contribución al cambio climático, expresada en toneladas de CO2 equivalentes.
La verificación a través de EQA según la norma UNE-EN-ISO 14.064-1, permite asegurar que la información reportada por la organización en el Informe de huella de carbono es precisa, completa, transparente y libre de errores u omisiones. EQA se encuentra habilitada en base a la acreditación como verificadores de gases de efecto invernadero para realizar verificaciones del cálculo de huella de carbono y garantiza la exactitud de los datos
“El paraguas de la sostenibilidad es el marco perfecto que nos permite seguir impulsando un modelo asistencial basado en la calidad para el paciente y la responsabilidad con nuestro entorno”, han declarado desde IMED.